La línea que separa al blogger invitado del post patrocinado para la compra-venta de enlaces es a veces tan estrecha y difusa que Google se ha visto en la tesitura de aclarar los criterios que utiliza para distinguirlos. El ajuste perfecto a las normas dictadas por el buscador marcará la diferencia entre ofrecer un contenido de calidad SEO o ser penalizado por Google al generar WebSpam.
Una de las estrategias de marketing online que más está calando entre empresas y profesionales estriba en producir contenidos para blogs en los que promocionemos nuestros productos, servicios o a nosotros mismos como profesionales (Personal Branding). Esta táctica conjuga, por un lado, la construcción de enlaces (linkbuilding) que apunten hacia la página de destino para la que nos interesa captar visitas –sea nuestra web, nuestro bitácora, una app, etc.– con la creación de contenidos en la web para integrar esta colaboración (marketing de contenidos).
Durante un tiempo los posts patrocinados funcionaron bien porque se consideraban recomendaciones de nuestro sitio y sus contenidos desde otra página, generalmente de referencia, con un alto PageRank, etc. Incluso se traspasa parte de la notoriedad de la página al sitio recomendado. Pero a veces el buen uso desemboca en el abuso y, como tantas otras prácticas lícitas en su día, termina por ser una mala praxis cuando Google decide desmontar el negocio.
La compra-venta de enlaces que apuntan hacia una web, contribuyendo a generar backlinks, es una práctica perseguida por Google. Por contra, la figura del “blogger invitado” ha alcanzado excelentes cotas de popularidad al enriquecer nuestro contenido con una visión alternativa procedente de un experto, al tiempo que el profesional aprovecha la plataforma para potenciar su reputación online y su visibilidad, ¡un quid pro quo en toda regla!
Fuente Webpositer
Una de las estrategias de marketing online que más está calando entre empresas y profesionales estriba en producir contenidos para blogs en los que promocionemos nuestros productos, servicios o a nosotros mismos como profesionales (Personal Branding). Esta táctica conjuga, por un lado, la construcción de enlaces (linkbuilding) que apunten hacia la página de destino para la que nos interesa captar visitas –sea nuestra web, nuestro bitácora, una app, etc.– con la creación de contenidos en la web para integrar esta colaboración (marketing de contenidos).
Durante un tiempo los posts patrocinados funcionaron bien porque se consideraban recomendaciones de nuestro sitio y sus contenidos desde otra página, generalmente de referencia, con un alto PageRank, etc. Incluso se traspasa parte de la notoriedad de la página al sitio recomendado. Pero a veces el buen uso desemboca en el abuso y, como tantas otras prácticas lícitas en su día, termina por ser una mala praxis cuando Google decide desmontar el negocio.
La compra-venta de enlaces que apuntan hacia una web, contribuyendo a generar backlinks, es una práctica perseguida por Google. Por contra, la figura del “blogger invitado” ha alcanzado excelentes cotas de popularidad al enriquecer nuestro contenido con una visión alternativa procedente de un experto, al tiempo que el profesional aprovecha la plataforma para potenciar su reputación online y su visibilidad, ¡un quid pro quo en toda regla!
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